Descifrar el código, el informe de la UNESCO publicado el año pasado y que habla de la educación de las niñas y las mujeres en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) nos presenta estas cifras:
– Solo 17 mujeres han ganado el Premio Nobel de física, química o medicina desde que Marie Curie lo obtuvo en 1903, en comparación con 572 hombres.
– Solo el 28% de todos los investigadores en el mundo son mujeres.
– Al llegar a la educación superior, las mujeres representan solo el 35% de los estudiantes matriculados en los estudios de las áreas relacionadas con STEM, con el menor número de mujeres inscritas en áreas relacionadas con la información, las comunicaciones y la tecnología, la ingeniería, la manufactura, la construcción, las ciencias naturales, las matemáticas y la estadística.
La brecha de género asociada a la participación en estos campos sigue siendo un desafío pese a que actualmente hay un impulso mayor para que las mujeres se acerquen a estas áreas, se preparen, ingresen al mercado laboral, se destaquen allí por sus conocimientos y habilidades y asuman roles de liderazgo que tradicionalmente les han sido esquivos.
Para que esto sea posible, se requieren políticas decididas y programas que apunten a superar los fenómenos de exclusión, vulnerabilidad y falta de oportunidades que afectan a miles de mujeres en el mundo.
En MAKAIA estamos convencidos de que es necesaria una mayor participación de las mujeres en ciencia y tecnología, por eso, desarrollamos programas que contribuyan desde lo local a disminuir la brecha existente.
Mujeres en Tecnología, es un ejemplo de esto. En alianza con instituciones como Ruta N, Fundación Marina Orth, Fundación Motorola Solutions, Fundación Rodrigo Arroyave Arango y Fundación Bolívar Davivienda, iniciamos un proceso formativo con mujeres de Medellín y el Área Metropolitana enfocado en el desarrollo de competencias de liderazgo y empoderamiento femenino a través de las TIC. En ese sentido, el proceso apunta a que por medio del uso y apropiación de tecnología estas mujeres reconozcan todas las oportunidades que pueden tener para su crecimiento personal y profesional, encuentren una ruta para mejorar su calidad de vida y cambien las condiciones de vulnerabilidad a las que han estado expuestas.
En el proceso de formación, las mujeres participantes desarrollan productos como presentaciones, videos, hojas de cálculo, archivos de texto, entre otros que construyen utilizando diferentes herramientas TIC y en los que expresan su proyecto de vida, su capacidad creativa o sus iniciativas para resolver conflictos. Así, la tecnología entra a ser el medio para que ellas trabajen asuntos más profundos como el autoconocimiento, el empoderamiento, el pensamiento crítico y encuentren una manera de gestionar sus sueños, sus metas, sus fortalezas y competencias.
Desde que iniciamos en el 2018, 167 mujeres se han certificado en el programa y hemos tenido más de 200 horas en formaciones, bootcamps y eventos complementarios.
Una de las actividades que hacemos en el marco de este proyecto es el Café con Expertas, un espacio presencial o virtual en el que mujeres líderes en el área de tecnología comparten sus aprendizajes, experiencias e historias. El diálogo que allí se genera es una invitación para que sean más las mujeres que consideren las áreas STEM dentro de sus proyectos de formación profesional y busquen en la tecnología y la ciencia un camino de realización personal. A su vez, en estas conversaciones confirmamos que aunque la formación técnica es necesaria, se debe trabajar también en habilidades del ser, en el autoconocimiento, el trabajo en equipo y la articulación con redes de personas que compartan sueños y aspiraciones.
La participación de las mujeres en todos los sectores es fundamental para establecer sociedades más justas y estables. Impulsarlas a explorar áreas en las que su participación ha sido menor y menos visibilizada, y apoyarlas en su desarrollo personal y profesional es una de las apuestas de MAKAIA, por eso seguimos trabajando por ampliar las oportunidades para que más mujeres encuentren en áreas STEM oportunidades para aplicar su talento y mejorar su calidad de vida.